Necesitaba una solución para las paredes de mi dormitorio. Por un lado, la pared del cabecero de la cama requería aislamiento, y el resto de las paredes tenían el típico gotelé que quería cubrir, además de las imperfecciones que quedaron tras el cambio de ventanas.
Busqué ideas para hacerlo nosotros mismos de forma rápida y económica, y decidí utilizar rollo de aislamiento reflexivo (reflectario), que pegué directamente a la pared con adhesivo de montaje. Sobre este, clavamos listones de madera intercalados.
Luego, colocamos un friso de palillería decorativa en color roble claro con fondo negro. Este se fija fácilmente con tirafondos negros para madera a los listones. En la parte superior, coloqué un perfil ángulo de PVC negro para cubrir imperfecciones y dar un acabado limpio.
En el resto de las paredes simplemente pegué un friso de PVC liso y blanco.
El resultado: un dormitorio con mejor temperatura, aislado térmica y acústicamente, y con un acabado bonito y renovado.