

Comprada la casa, la siguiente parada era la reforma. ¡Y vaya reforma! Teníamos claro que una de las estancias a cambiar era el baño. En primer lugar, comenzamos quitando los enseres, lavabo y sanitario. Seguidamente de la placa de ducha. Una vez hecho, pasamos a darle forma, teníamos claro que queríamos los famosos y atractivos huecos en la pared para champú, jabones y todo lo necesario durante la ducha. A continuación, tras un alicatado de paredes empezamos a diseñar, no teníamos mucho espacio pero el suficiente para que todo encajara a la perfección. La mampara de ducha, ideal. El sanitario, ni muy grande ni muy pequeño, perfecto. El mueble del lavabo, (bendito Leroy), fue el único que encontramos con las medidas requeridas. El lavabo, grifo y todos los accesorios a tono con el baño.
Finalizada la obra, no nos quedó más remedio que sonreir ante el cambio. Espero que os guste tanto como nos gustó a nosotros. Gracias!!