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Este es otro episodio de la reforma de nuestro baño, después de quitar la infame mocheta (puedes verlo aquí, aprovecha a darle un like jajajaja)
El inodoro por alguna extraña razón desde que compramos la casa siempre tuvo vida propia y se movía al sentarse... demasiado inquietante para seguir permitiendolo.
Además el tubo de desagüe de plomo saliendo de la pared era muy antiestético aunque habíamos probado a pintarlo... así que una buena mañana me acerqué al Leroy Merlin a ver que encontraba.
Allí vi una buena colección de tazas y me decidí por la Roca, que era pequeña y quedaba pegando a la pared tapando el desagüe!
Para asegurarme de que todo quedaría bien, hice una plantilla de la salida del tubo, así podría irme de la tienda con el inodoro y sin dudas de que luego encajaría con el desagüe.
Aprovechando que la nueva taza tapaba el desagüe, también quería ponerla un poco mas cerca de la bañera, respetando el bote sifónico que queda ahí, para dejar mas hueco para sustituir el lavabo suspendido por un mueble, pero eso ya os lo contaré en otro episodio.
Como al final el desagüe y la taza iban a quedar un poco desalineados, y además no podría controlar bien el sellado al ser pegada a la pared y no tener acceso una vez fijada, elegí un manguetón flexible, que tiene la ventaja de que puedes aproximar la taza a unos 20cm de la pared, lo encajas en el desagüe de la pared y a la salida de la taza garantizando la estanqueidad, y luego puedes mover la taza hacia la pared ya a su posición definitiva, sin miedo de que el desagüe no encaje, un alivio y una garantía de que queda bien y sin olores ni humedades.
Por cierto, el inodoro Roca que elegimos tiene un sistema de llenado y cierre rápido, de modo que no se queda silbando 10 minutos hasta que se llena como la anterior, y además tiene doble válvula de descarga, o descarga dual, que permite una descarga completa o una descarga parcial para ahorrar agua.
En resumen:
Ánimo con tu proyecto!