¡Hola!
Soy Javi, adicto a Leroy Merlin y tuneador insaciable. Mi historia de amor al "bricotunning" empezó hace unos años, cuando con ventipocos y una hipoteca me planté ante una gran casa de pueblo y ningún euro para amueblarla.
Hoy me estreno en la comunidad, y me ha parecido buena idea enseñaros el tuneo con el que empezó todo. Paradojas de la vida la entrada de la casa se convirtió en la entrada en un estilo de vida (y valga la redundancia la primera entrada de mi blog www.yonolotiraria.com).
Recién salidos del notario nos asaltó el pánico: estábamos "pelados" y nuestra casa más aún. Casualidades de la vida en 2 minutos topé con una montaña de muebles junto a un contenedor e instintivamente cogí unas piezas que acabaron siendo un recibidor muy DIY. Esas piezas eran las patas de una mesa de estilo castellano, las cogí sin saber muy bien para qué las quería exactamente, pero algo me impulsó (y con mucho acierto) a hacerlo.
Una vez llegados a la casa tenía claro que quería empezar por la entrada y no era poco el trabajo que me esperaba. Tenía faena pintando y arreglando algún estropicio. Opté por un verde oliva (creo que ya descatalogado).
Una vez saneadas las paredes y pintada la puerta de entrada, era el momento de llevar a cabo mi primer proyecto y ahí vino la luz: hacer una consola con esas patas, mezclando estilos.
Cogí las "patas" rescatadas de la basura y las pinté con esmalte satinado blanco, luego atornillé una balda básica blanca a la pared.
En un periquete atornillamos la balda y encajamos debajo las patas. Tanto por tamaño como por diseño nos cautivó al instante y sin llegar a ser una pieza voluminosa cumple con su función perfectamente.
Su coste fue bajísimo y hubo quien nos llegó a preguntar dónde habíamos comprado ese mueble, nosotros orgullosos decíamos eso de:
-Lo hemos hecho nosotros.





-Rodillo.
-Esmalte satinado.
-Taladro, tacos y tornillos para la balda.