
¡Hola! Vuelvo por aquí para contaros un cambio super resultón que hicimos en el salón de un pequeño apartamento que tenemos. Teníamos las paredes recién pintadas, pero vimos que en la zona del sofá quedaba un hueco perfecto para colocar unas molduras en formato rectangular. Siempre me han encantado, aunque me parecían algo complicadas. ¡Error! No tardamos ni una hora en tener los tres rectángulos listos.
Lo único que necesitas es tener más o menos una idea de la forma que te apetece y, a partir de ahí, calcular las medidas según tu gusto. Esto no tiene complicación y se puede hacer con papel y boli. Pero os doy un truquito por si alguna usa ChatGPT o algo parecido: le dije a la inteligencia artificial que tenía una pared de 240 cm de ancho y 260 cm de alto, y también que el sofá medía 80 cm de altura. Por último, le comenté que quería una barrita horizontal justo encima del sofá (me parece que quedan monísimas y ayudan a separar visualmente el espacio), y le pedí que me diera las medidas de cada listón para formar tres rectángulos con una pequeña separación de unos 20 cm entre ellos. Automáticamente me proporcionó el tamaño de los listones y me recomendó la distancia que debía dejar con el sofá, el techo y entre las molduras.
Lo hagas como lo hagas, yo cogí los listones de poliuretano de Leroy Merlin y los fui cortando con un ángulo de 45º usando una sierra manual.
Una vez los teníamos todos cortados, nos servimos de un nivel láser (¡el mejor invento del mundo!) para asegurarnos de que quedaban perfectos tanto en horizontal como en vertical. A partir de ahí, fuimos pegando cada listón con adhesivo sellador y, en muy pocos minutos, ya teníamos los rectángulos perfectamente pegados y encajados entre sí.
Finalmente, aplicamos un poco de silicona blanca en las juntas para que no se viera ninguna imperfección… ¡y listo, molduras montadas!
Espero que os guste tanto como a mí. ¡Hasta la próxima!