

En mi nuevo hogar las puertas eran de roble pero viejas, y los pomos dorados, horribles.

Como buena fan del Chalk, del reciclaje y de darle una segunda vida a las cosas...
PASO A PASO:
1. Quitar las manillas viejas.
2. Limpiar bien las puertas.
3. Con cinta de carrocero proteger los marcos para no pintar pared, suelo, etc.
4. Pintar con Chalk del color elegido. En mi caso
NOTA: Si quieres un resultado envejecido, informal... la brocha es tu aliado, una brocha de cerda larga y suave... pero si quieres un resultado lo más liso posible, utiliza rodillo, sí, pero uno de teflón. Si ves que tu pintura está muy espesa al ponerla en la cubeta, ponle un poquito de agua (no demasiada, sino te saldrán burbujas).. siempre, siempre, remover la pintura cada poco tiempo, ya que el yeso de la Chalk tiende a ir al fondo.
5. Dar una segunda capa de Chalk si es necesario (en mi caso sí). Siempre es mejor aplicar dos capas finas, que una gruesa.
6. Una vez seco, aplicar cera de acabado transparente. A los 10 minutos aprox. frotar con un paño limpio hasta sacar brillo.
7. Colocar la nueva maneta.
Antes de la reforma.

Puertas de roble.

Pintando las puertas.

Otra puerta pintada.

La de la entrada también.La de la entrada también.


MATERIALES:
- Pintura Chalk. La mía, Chalky blanco antiguo.
- Cera de acabado transparente.
- Nuevas manillas. Las mías las PASADENA plateado (14.95€).
- Cinta carrocero y plásticos o cartón (para no manchar el suelo).
- Paño limpio de algodón.
- Destornillador para quitar manillas y colocar las nuevas.