Todo empezó por querer cambiar la bañera por un plato de ducha. Pero, claro: ya metidos en obras ya podemos cambiar el vater y poner uno de suspendido, que es más limpio. Pero ya puestos podemos cambiar el lavabo y el espejo de sitio. Y ya que estamos cambiamos el mosaico del suelo y las paredes. Y así fué como estuvimos un mes entre polvo y escombros. Arrancar suelo y paredes, hacer instalaciones de agua, luz y desagüe nuevos, montar sanitários, y ¡ya está! Así explicado es así de fácil.