
Estoy reformando mi casita del pueblo, es una casa de finales del siglo XIX, con estructura de madera y mampostería, a esta habitación había que darle un buen lavadito de cara y sacarle todo el potencial. Así que manos a la obra, tirar el falso techo que cubría unas vigas de madera maravillosas, lijar el suelo, repasar paredes y pintura, colocar una lámpara en el techo, llevando el punto de luz a ese punto mediante cable en forma de cuerda rústica y elementos eléctricos cerámicos vintage, para el cabecero de la cama. listones de madera y un papel pintado muy cuco.