

Mis propósitos para el 2025 son: finalizar las reformas actuales, dando alegría a las paredes con papel pintado y encantado, ver todas las puertas lacadas y blancas como la nieve que tanto me encanta y además dedicarme a esos espacios donde el agua fluye y el fuego danza. A mi baño, ahora triste, vestirlo de alegría con azulejos que brillen como luz divina, cambiar la bañera por un plato de ducha muy placentero y seguro. En la cocina, donde el fuego es vida y los utensilios bailan al son del lavavajillas, quiero tener armarios blancos mezclados con una cálida madera, renovándo así un hogar cansado. Bricoproyectos sagrados que bien sean con mis manos o algunas expertas, este próximo año pretendo lograrlo.