La transformación del baño comenzó con la elección de un papel pintado de Leroy Merlín, un detalle que añadió una sensación única y acogedora al espacio. Primero, se prepararon las paredes para asegurarse de que estuvieran lisas y libres de humedad, garantizando una correcta adherencia del papel. El proceso de colocación fue meticuloso. Se cortaron las tiras de papel pintado a la medida de cada pared, tomando en cuenta la simetría del diseño. Después, con paciencia y precisión, se aplicó la pasta adhesiva y se alineó cada sección, cuidando que no quedaran burbujas o pliegues. El patrón de la pared se fue ajustando para asegurar una transición perfecta entre las piezas. Para terminar, se hizo un repaso de los bordes y las esquinas, utilizando una espátula para eliminar cualquier exceso de adhesivo y dejar el acabado lo más limpio posible. ha quedado sofisticado, moderno y cálido, todo gracias al papel pintado de Leroy Merlín