

Finalmete, después de 7 años, decidimos arreglar la valla de entrada al terreno en el que tenemos ubicada nuestra casa.
Teníamos una valla de metal vieja que decidimos restaurar soldando nuevos elementos y pintando.
Colocamos dos nuevos postes de soporte y añadimos las cabezas de caballo como decoración.
Para facilitarnos la vida le añadimos un motor eléctrico para poder abrirla remotamente.