El primer truco debería ser escoger la broca adecuada.
En la primera foto, os disponéis a agujerear una pared de ladrillo con una broca para madera. Mal empezamos... Vais a dañar irreparablemente la broca, y no conseguiréis ahondar más de unos pocos milímetros.
En la segunda foto, habéis seleccionado bién la broca para madera... pero está invertida. Si os fijáis en el perfíl helicoidal de la broca, veréis que deberíamos invertir el sentido de giro del taladro para poder adujerear algo con ella.
😉