Comunidad
Una buhardilla puede servirnos para muchas cosas: podría ser un despacho, una habitación de invitados, una salita de té. Pero a mi me parece que el mejor uso que le podemos dar si hay niños en casa, o si tenemos sobrinos, o, simplemente, si queremos un cuarto para los recuerdos de nuestra infancia, es como habitación infantil. Todos envidiávamos a Heidi cuando se levantaba y escuchaba los pajaritos por su ojo de buey; y, ¿por que será que los desvanes y las partes altas de la casa son las zonas más enigmáticas? A las que se dirijen siempre los niños. Pues que para ellos sea y eso es lo que yo he hecho en mi Torreón, las delicias de mis sobrinas. Ellas, Marina y Laura, han sido mi inspiración y mis propios recuerdos...
Era así de sosito, aunque ya apuntaba maneras...
La verdad contaba con un gran espacio, con un suelo de madera muy cálido y los restos de mi antiguo despacho que, casualmente, eran granates como el estampado de la funda nórdica o los bordados de los cojines, así que a aprovecharlo todo!!
Soy una amante incondicional de los papeles pintados. No sólo por su función estética, sino porque tapan desperfectos, y con poco presupuesto, un pilar, un frontal o un techo puede quedar de auténtico lujo. Llegar a terminar este proyecto de decoración no ha sido fácil pero si muy entretenido. Es echarle un poquito de imaginación y ponerse a ello.
Materiales:
Lo primero fue elegír el papel. Y colocarlo. A veces necesitamos un elemento que nos sirva de inspiración para ir añadiendo otras cosas. La propia estancia nos va pidiendo más cosas al tiempo que vamos colocando.
Y comenzó a surgir la magia. ¿lo véis? Ya va pareciendo una habitación diferente.
Luego los vinilos infantiles, eligiendo zonas para cada uno de ellos: hadas, angelitos, algún pequeño demonio con su tridente, mariposas, motivos circenses y el que más me gusta, "Erase una vez..." Este lo vi y me dije para colocar debajo una bonita estantería con los libros de mi infancia y otros que voy adquiriendo poco a poco, los que yo perdí de pequeña y los que pierden ahora a mis sobrinas.
Para colocar vinilos de este tipo o del que sea, si son sobre pared, tiene que estar la superficie muy lisa y limpia y luego, seguir las instrucciones del fabricante; pero sobre todo medir bien el espacio para que queden perfectos y pasar la espátula de plástico antes de colocarlos para que se despeque de la primera capa y se adhiera bien a la pared. Como véis no son fáciles pues tienen muchas líneas y curvas muy pequeñas que se pueden romper, pero es echarle paciencia. Luego colocamos sobre la pared y volvemos a pasar la espátula antes de despegar y el despegue se hace muy poco a poco, por si vemos que alguna puntita aún está pegada al papel volver a pasar la espátula. En el caso del cristal, se usa agua y su colocación es mucho más fácil; luego se corta con mucho cuidado con el cútex aquello que nos sobra.
Bueno, pues ya me faltaban unos cuantos muebles de no alto coste que yo elegí lacados en blanco para que pudieran albergar los libros amontonados o en cajas, un escritorio para sentarse frente a la ventana a dibujar o leer y una mesita con sus sillitas de madera, también blanca, que me pareció muy dulce. A ello añadí unas guirnaldas de banderitas en los tonos de la habitación para hacerla más festiva, mirad el resultado:
Si os fijáis en el comienzo del techo, he empapelado el frontal y lo he vuelto 10cm. hacia dentro, así da la impresión de que el techo es más alto y que hay una falsa viga. Es un truquillo que se me ocurrió cuando fui a cortar el papel y me dije, ¿qué pasaría si lo vuelvo? Pues que ha quedado genial.
La verdad es una delicia subir aquí, es como volver a la infancia...