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Tenía una mesa y dos sillas en la cocina que quería restaurar para darles un nuevo aire. Las sillas hace años que ya las había pintado y tapizado, pero con el paso del tiempo se habían estropeado. Elegí el color nuevo que les iba a dar, la tela para el tapizado y, de paso, aproveché para unificar todo el conjunto.
En primer lugar preparé todo el material necesario:
Paso a paso:
1. Desmonté la base de la sillas para poder trabajar sin problemas. Como estaba atornillada, con la ayuda de un destornillador retiré los tornillos.
2. Lijé de manera suave toda la superficie de las sillas y las patas de la mesa. Con esto quité impurezas y facilité el agarre de la pintura.
3. A continuación, retiré el polvo.
4. Apliqué dos capas de pintura a la tiza de color verde laurel, con una hora de intervalo entre capa y capa.
5. Desmonté la mesa, retiré el cristal y tapé con cinta de carrocero las zonas metálicas para protegerlas. Al igual que a las sillas, le apliqué dos capas de pintura a la tiza.
6. Una vez transcurridas 4 horas, apliqué dos capas de barniz incoloro mate, dejando pasar 3 horas entre capa y capa.
7. Mientras secaba el barniz, que al tacto en media hora ya lo estaba, tapicé la base del asiento. Lo primero que hice fue retirar la tela antigua, como estaba grapada, me ayudé de un destornillador para retirarla.
8. Ya tenía cortadas dos piezas de la tela que había elegido para tapizar, como era de rayas, las corté exactamente iguales para que luego me coincidiera el dibujo en las dos sillas. Comencé grapando cuatro extremos y seguí después con el resto de la base. Una vez todo grapado, corté el sobrante.
9. Era el momento de volver a colocar las bases de las sillas.
10. Por la parte de atrás, las volví a atornillar a las sillas.
Ya ves el resultado, con un poco de pintura y tela puedes cambiar todo lo que quieras.