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Siempre he pensado que un suelo de madera da un toque de elegancia a la casa y a la vez la hace más acogedora. Transmite la sensación de un lugar más cálido, así que me puse manos a la obra y me volqué en ello.
Ha sido mi primera experiencia colocando suelo laminado y creo que no ha quedado nada mal. A continuación, te cuento cómo lo hice y todo el material que utilicé en mi proyecto.
Materiales y herramientas utilizadas:
Paso a paso:
1. El primer paso consiste en retirar los rodapiés antiguos, yo particularmente los he quitado con un destornillador plano y con ayuda de una maza de goma, si se realiza con destreza se pueden quitar enteros.
2. Antes de empezar a colocar la base aislante, siempre hay que comprobar que el suelo sobre el que se va a instalar es lo suficientemente plano, limpio y sin humedades.
3. Lo siguiente es **empezar con la instalación del suelo laminado. **Existen diversas opiniones acerca de en qué dirección se deben colocar las lamas que componen el pavimento. Lo más aconsejable, y lo que hice en mi caso, es colocar el suelo en la misma dirección de la fuente de luz de la estancia.
4. Como no instalé el suelo laminado en todas las estancias, coloqué unos perfiles de transición entre ambos suelos. Aquí se puede coger al suelo con unos tacos, yo he preferido utilizar un pegamento de contacto muy potente para evitar hacer agujeros al suelo.
He tenido que rebajar las puertas 0,8 mm, lo que he hecho ha sido marcar la puerta con lápiz colocando una lámina de suelo contra la puerta y me ha dado el punto de rebaje. Cepilla las puertas poco a poco para ir probando, ya que si rebajas demasiado no hay vuelta atrás.
5. El último paso consiste en colocar los rodapiés, pero antes he rellenado los huecos que quedaron al quitar el antiguo rodapiés de cerámica con cemento cola. Lo he dejado secar un día antes de poner los nuevos rodapiés.
6. Una vez colocados los rodapiés, con una masilla he rellenado el hueco que hay entre el yeso de la pared y el propio rodapié. Tras el secado he lijado el sobrante de yeso para que todo quede perfecto.
¡El resultado final es fantástico! No es un trabajo complicado, solo se trata de prestar atención y no tener prisa, la clave es ir poco a poco pero con paso firme. Ahora me toca pintar la casa, pero eso lo dejo para otro proyecto.