Comunidad
Un día paseando me encontré las típicas puertas de armario arrimadas a un contenedor.
Miré que no tuviesen carcoma y como estaban perfectas decidí llevarme la que tenía espejo (2 espejos biselados en forma de capilla) para tunearla un poco y apoyarla en la pared a modo de espejo.
Ya en casa la limpié, le quité todo lo que no fuese madera (espejos incluidos, no se me fuesen a romper) y la lijé para quitarle un poco el barniz que tenía.
La pinté con pintura de tiza blanco roto, 2 manos, y a continuación la lijé porque no me gusta nada que se vean los brochazos, y sobre todo para envejecerla y que se viese un poco la veta.
Por último, una mano de cera incolora.
Colocarle el herraje de la cerradura porque me parecía muy chulo...
Y a lucir en la habitación de mi madre!