Desde que entré a vivir en esta casa el recibidor había sido una asignatura pendiente. Siempre he pensado que los recibidores hablan de ti y de lo que vas a encontrarte en el resto de la casa, por eso mismo no quería precipitarme hasta encontrar algo que realmente me llenara.

El primer inconveniente era la pared panelada de espejo, no sabía por dónde empezar con ella, ya que desmontar los paneles implicaba romper los espejos y eso no quería que pasara. Hasta que caí en que la imprimación todoterreno sirve para cristal y esa fue mi salvación.
Una vez aplicada la imprimación, el panel de espejos se convirtió en una pared para poder pintar o empapelar como cualquier pared normal.

Una vez empapeleda la pared, el mobiliario lo he tenido muy claro. La mecedora de mi madre y parte de un mueble del salón que iba a tirar, el cual he cortado por la mitad para conseguir un mueble a dos alturas.
El primer paso ha sido lijar el mueble, después aplicar la crema de pintura y, finalmente, colocar como remate del mueble unos tableros de madera cortados y encerados con cera natural

Una vez terminada la restauración de los muebles, de la cual me siento orgullosa, solo faltaba darle el toque final con la decoración, basada en un estilo muy natural y mediterráneo.

Jarrón pintado con espray chalk paint vintage

La elección del papel pintado ha sido determinante para que el resultado final de este proyecto haya sido tan satisfactorio. Por fin tengo el recibidor que quería.
Espero que os guste tanto como a mi.
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