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Teníamos un hueco en nuestra cocina y queríamos poner algo para que no se viera tan vacío. De ahí nació la idea de hacer una estantería para libros de recetas.
Primero tomamos medidas, y cortamos el tablero en inglete. Una vez teníamos todas las piezas, usamos cola blanca para unirlas a demás de pegarlas con cinta adhesiva por la parte exterior para que no se despegara ni se moviera.
Una vez pegado y seco, lijé bien toda la superfície con una lija primero de grano grueso, y después de grano fino. Luego, hice un par de agujeros a los lados para soportar el estante, puesto que me había dado cuenta que sino, sería demasiado alta la estantería, y así, podría tener dos alturas.
Una vez lijado todo, pasé a barnizar. En este caso, sólo una capa, pues quería que se viera la veta de la madera natural que tan decorativa me parece.
Cuando ya estaba seco, con una multiherramienta, pasé a fresar los espacios de detrás para embutir los soportes invisibles, para que una vez sujeta, no se viera el cómo estaba sujetada, y quedara totalmente a ras de pared.
Después, con una broca para madera bien larga de 8 mm, hice el agujero en la parte trasera del mueble, y luego, dos agujeros más de 6 mm en la pared a cada lado, para sujetar los soportes.
Una vez medido y nivelado, ya hechos los agujeros, pasé a atornillar el soporte a la pared.
Luego solo faltó empujar la estantería hasta el fondo y ya está, puesto que es un sistema muy sencillo de sujección.
Una vez terminada, sólo me faltó rellenarla con mis libros de cocinas y una maceta con cactus para contrastar el color gris.
Materiales
- Tablero de pino de 2.8 cm de grosor
- Cola Blanca
- Tornillos de 50 mm de largo
- Broca de 8mm de madera y broca de 6 mm para pared
- Paletina para aplicar el barniz
- Lija de grano grueso y de grano muy fino para madera