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A continuación os mostraré un proyecto que hice la pasada primavera. La idea era enjardinar un área de 5 x 10m, con plantas que requirieran un bajo consumo de agua. Es por ello que me decanté por plantas aromáticas (tomillo, romero, lavanda, etc) y alguna otra para dar volumen, un par de árboles (catalpa bignonioides) y un acabado con áridos (1,5 metros cúbicos -big bag y medio- de piedra volcánica y otro metro cúbico demarmolina blanca, separados por un bordón plástico). Veréis que antes de volcar los áridos, protegí el suelo con una malla antihierbas que, a parte de impedir que crezcan hierbas no deseadas, contribuye a mantener la humedad del suelo.
Vista del proyecto terminado.
Tras arrancar todas las hierbas silvestres del área, procedí a hacer dos grandes hoyos para los árboles.
Hoyos para los árboles.
Desbrozando el terreno.
Eché una buena capa de grava reciclada para mejorar el drenaje (ya que el suelo es muy arcilloso), que cubrí con un poco de lona geotextil.
Áridos reciclados para drenaje.
Geotextil.
Una vez plantados los árboles, distribuí todas las aromáticas para replantear el espacio.
Replanteo.
Hecho esto (aunque no se aprecia el proceso en las fotos), hize las rasas para pasar la instalación de riego por goteo, y cubrí los tubos, dejándolos a la vista en cada planta y en los árboles, para colorcar posteriormente los goteros.
Acto seguido, planté las plantas, añadiendo un buen sustrato de plantación.
Plantación.
A continuación, empecé a poner la malla antihierbas, haciendo unos cortes en cruz para pasar cada planta por el agujero, y esparcí los áridos para evitar que la levantara el viento.
Malla antihierbas y piedra volcánica.
Al colocar el penúltimo tramo de malla antihierbas, dibujé con tiza la forma de onda que le quería dar a la separación entre las piedras, utilizando una tiza atada a un cordel, a modo de compás.
Delimitación en forma de onda.
Hecho esto, coloqué el bordón de plástico y acabé de rellenar la volcánica y finalmente la marmolina blanca. Para delimitar bien el espacio de la izquierda, donde acaba este jardín, enterré varias traviesas por la mitad.
Finalmente, pinché los goteros en el tubo de riego, lo conecté a un programador digital de riego, y programé un ciclo de riego al ocaso y otro al amanecer.