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Este verano entré en una tienda de segunda mano y rebuscando encontré un tesoro escondido. Tenían unas sillas retro metálicas de cafetería, como las clásicas de principios del siglo XIX. Las patas estaban muy oxidadas y el metal en general presentaba signos de corrosión. El tapizado era de un textil muy liso y desgastado. Sin embargo decidí confiar en mi buena suerte e intentar recuperarlas, a pesar de que tenía miedo de que los daños por el óxido fueran irreparables. El precio de cada silla fué de 5€.
Antes y después
La restauración constaba de dos partes: estructura y tapizado.
Para empezar desmonté los asientos. Simplemente desatornillando los tornillos que los unían a la estructura.
Retirada de asientos
Tratar el óxido fué la clave del proceso. Levanté la pintura original en todos los puntos en los que se veía que existía corrosión subyacente. Lijé en profundidad la corrosión y apliqué transformador de óxido. Así conseguí no perder metal , ya que el transformador de óxido convierte el metal dañado en un compuesto negro inócuo que ya no habrá que retirar.
Óxido a la vista
Óxido oculto
Óxido superficial lijado
Después de sanear el metal apliqué el transformador de óxido.
Transformador de óxido
Aplicación a paletina
Especial atención a las soldaduras
Una vez seco el transformador el óxido había sido neutralizado, con lo que pude proceder a lijar la silla para prepararla para pintura.
Resultado de la transformación del óxido
Para la fase de pintura apliqué esmalte antioxidante en spray. Decidimos respetar el color original para darle el contrapunto con el tapizado. La verdad es que me quedé asombrado con el acabado del metal pintado a spray. Las estructuras quedaron como si fueran nuevas de fábrica. Un bote fué suficiente para las tres sillas.
Esta es una silla con la pintura ya seca.
Finalizada esta parte comenzó la de tapizar los asientos. Elegimos una polipiel color taxi de Nueva York. Es un tipo de tejido ideal para el lugar al que hemos destinado las sillas, que es la cocina, ya que es lavable y muy resistente al uso diario. Una pieza de 1 x 1,40 m fué suficiente. Os detallo el proceso en imágenes.
Los asientos originales
Puestos sobre la tela para repartirla
Debe haber tela de sobra para poder graparla por debajo
Utilicé una grapadora eléctrica
Primero los cuatro puntos cardinales
Después en medio de estos y alrededor
Y nada más. Un resultado fenomenal y que durará muchísimos años. Entre el valor de las sillas y los materiales la inversión ha sido de unos 35€ . Sillas similares se venden por un arco de entre 100 y 150€ por unidad, así que no solo ha sido un placer rescatar a estas joyas de la corrosión , sino que ha sido un negocio redondo.
Espero que os animéis a recuperar este tipo de elementos para convertirlos en piezas únicas . Es responsable, es útil y es un placer para disfrutar años y años.
¡Un saludo!
Materiales:
Pintura en spray antioxidante negra
Polipiel
Plástico de cubrir
Cinta de pintor