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Empecé con la idea de convertir todas las paredes de azulejos, excepto los que van entre los muebles. Para eso usé una pasta especial para cubrir cerámica que tenéis en tienda de Beisser (esta era en polvo y había que prepararla). Después lo que más costó fue alisar todas las paredes pero con paciencia se puede. Entre los muebles puse un vinilo decorativo especial para baños y cocinas (siento no tener foto de la cocina sin el vinilo colocado, pero era el mismo azulejo que el resto).
Para las puertas de cocina tenía la idea en principio de cambiarlas, pero me fue imposible encontrar todas las medidas, así que opté por pintarlas. Eran de melamina y me daba un poco de miedo que quedaran mal, pero todo lo contrario. Las lijé para sacarle todo el brillo que tienen por encima, una imprimación en blanco y finalmente un esmalte mate en blanco. El resto de la cocina, pintado en gris claro y oscuro, todo ello con pinceladas de amarillo para darle un toque de color.
Cambio de tiradores.
Todo ello por 200 euros.
Tenía idea de poner un suelo vinílico en gris y poner una encimera de madera, pero eso quedará para la próxima.
Lo hice todo yo misma, así que, mucho ánimo!