¡Cama contra ventana!

Una de nuestras ilusiones, después de ver la idea en muchas películas, sobre todo americanas, era la de tener la cama de espaldas a la ventana, algo impensable por estos lares. La dificultad estaba en que no poseíamos una cama completa, sino un cabecero de forja que no podía estar suelto.

Después de mucho pensar, fue al colgar los visillos cuando observamos el artilugio que unía las dos barras de cortinas a la pared.

Realizamos un par de agujeros, justo debajo de la ventana, casi a la misma medida que el ancho del cabecero.

para fijar las piezas...

Apoyamos en las hendiduras más externas de ambas piezas la barra horizontal del cabecero. Elegimos estas piezas en lugar de las de una sola hendidura, pues necesitábamos más distancia entre la pared y el cabecero.

Las cortinas consiguen disimular a la perfección nuestro truco...