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De oscura y anticuada a luminosa y cálida
La casa de la aldea necesitaba un cambio a gritos, con más de 100 años de antigüedad y decorada y adaptada a los gustos de dos generaciones atrás. Es una casa de piedra con importantes problemas de humedad a pesar de encontrarse lejos de la costa. Mi peque necesitaba una habitación para ella sola, con lo que empecé por una que sólo se usaba ya como una especie de "trastero", ya que, sus muebles excesivamente grandes y oscuros para un espacio tan pequeño, unido a la humedad que se generaba, hacía que ya nadie la usase.
El suelo de plaqueta (de los 80) era otro de los problemas, muy práctico para limpiar y de muy fácil mantenimiento, ya que al ser una casa de campo, siempre está llena de tierra, pero filtraba el frío y la humedad, llegando incluso, en los meses de invierno, a encharcarse de agua de la condensación que se generaba. Decidí instalar un suelo laminado Artens Roble Bodega, que está recomendado para un uso intenso y es antirayado, además tiene un aspecto muy natural, lo que al ser una casa rústica le queda muy bien.
Con lo que me puse manos a la obra, empezando por tirar todos esos muebles horrorosos, decidí conservar únicamente una mesilla de castaño antigua que también arreglaría.
Con toda la habitación despejada, lo primero que hice fue picar el rodapié (me ayudé de una maza y un cincel) , una vez listo, hice una limpieza previa de la pared con un limpiador Antimoho de Bruguer, y ya coloqué una moldura de madera a media altura ( a unos 1,20 mts del suelo es lo habitual) para darle un nuevo estilo a las paredes. Comencé pegándolas con No Más Clavos, pero al estar mal escuadrada y con acabado irregular del enlucido, me obligó a apuntalarlo en algunas zonas.
La cinta de carrocero además de usarla para proteger de la pintura, me sirvió para sujetar la moldura mientras secaba el pegamento.
A continuación pinté la habitación, blanco para la moldura, parte superior de la pared y techo (así visualmente la habitación ganará en amplitud), y un color más oscuro para la parte inferior, unos 4l de pintura a la carta AIP Profesional , que es lavable, tiene una aditivo antimoho y muy buena cubrición.
Cuando las paredes estuvieron listas, la siguiente tarea fue ponerme con el suelo, que al ser en clic, se pone fácil y rápidamente, el rodapié lo puse a juego con el suelo, y al igual que la moldura, encolado y clavado.
El toque final lo puso la antigua mesilla, aunque soy de las que prefieren restaurar los muebles respetando sus acabados originales, en este caso, la mesilla tenía un barniz a la goma laca en muy mal estado y el tono del castaño era demasiado oscuro para el resultado que quería conseguir en una habitación infantil, con lo que opté por la solución más rápida, pintarla con la Chalky Paint de Xylacel, dos manos y acabado a la cera de la misma marca para protegerla, et..voila! así quedó la habitación de Valentina! con unos cambios más que económicos, además de mejorar estéticamente, mejoró en aislamiento y confort.
