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Reparación del trono de Papá Noel
Se acerca la Navidad y, desde hace muchísimos años, es tradición que vengan de camino los Reyes Magos, aunque desde hace menos tiempo nos visita también Papá Noel.
Siempre hemos hecho hincapié en que nuestros niños se porten lo mejor posible para que vengan cargados de regalos, aunque también son unas fiestas importantes para nosotros, por lo que ponemos mucho de nuestra parte haciendo arreglos en todo lo necesario para que todo sea perfecto.
Este año queríamos poner el trono a Papá Noel para que pueda atender a los niños tras su largo viaje, pero al sacarlo del almacén vimos que se había roto por varias esquinas. Como no podíamos ponerlo en ese estado, decidimos hacer unos pequeños arreglos para dejarlo como nuevo. Mira los golpes que tenía, qué pena recibirle con un asiento en tan mal estado.
Quiero comenzar por enseñarte los materiales y las herramientas que usé para esta reparación:
Masilla de poliéster
Espátula de emplastecer
Brocha de 20 mm
Lija fina
Pintura en spray rojo
Pintura oro amarillo
Laca en spray transparente brillo
Comenzamos con los pasos que me llevaron a dejar el trono como nuevo, te lo explico punto por punto.
1. Preparé una pequeña cantidad de masilla de poliéster. La tapadera del producto trae dos hendiduras, de distinto tamaño, que nos indican la proporción que hay que usar de cada uno de ellos. Llené el hueco mayor con la masilla grande y el pequeño con el catalizador, que venía en un tubito pequeño.
2. Con la espátula de emplastecer fui extendiendo la masilla por toda la superficie rota. Una vez hecha la mezcla, dispondrás de 5 minutos para aplicarlo, con una espátula, antes de que se endurezca. Repetí este paso varias veces, haciéndolo siempre en pequeñas cantidades, para no desperdiciar producto. La misma herramienta me sirvió a la vez de aplicador y para su posterior alisado. Poco a poco fui dándole las formas curvadas.
3. A los diez minutos ya consideré que estaba todo completamente seco y empecé a desbastar con una lija de grano fino. Sin hacer excesiva presión y con movimientos circulares, fui dando forma al emplaste para que quedara lo mas uniforme posible.
Tenía que conseguir que no se notara el paso de los bordes antiguos con respecto a los que había reconstruido. Pasándole continuamente los dedos, me guie por el tacto para ver si había impurezas o resaltes, ya que es la mejor manera de encontrar fallos.
4. Pinté con pintura de spray del mismo tono de rojo toda la superficie nueva. El spray era la mejor opción, ya que no dejaría marcas de brochazos y se podía difuminar totalmente con el color ya existente. Además, el secado de este tipo de lacas es muy rápido y permite normalmente el repintado en una hora.
5. Llegó la hora de perfilar con los detalles dorados. Aquí sí que usé la pintura con brocha, ya que quería precisión y que se notaran diferentes texturas por la presión de las cerdas. La pintura metalizada acrílica es muy fácil de aplicar y además aporta un juego de brillos muy real, por lo que se aproximaba bastante a las características del pan de oro.
6. Una vez terminada la reparación solo quedaba proteger el trono. Lo mejor que se me ocurrió fue darle una mano completa al mueble de laca con brillo en spray, así ya de paso, haría una renovación completa. De esta manera, conseguí de una sola vez proteger la pintura nueva y unificar el acabado de lo nuevo con lo antiguo.
A modo de consejo te digo que cada vez que se usa una pintura metalizada, es conveniente darle un barniz por encima para que no esté en contacto con el aire ni con nuestras manos, ya que se oxida, perdiendo brillo y vistosidad.
¡Qué contento se va a poner Papá Noel cuando venga! Seguro que nos trae muchos regalos este año. Se podría decir que está nuevo por completo. Mira qué bonito ha quedado.
