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Cómo crear una zona de vestidor con armarios viejos
Mi proyecto de colorterapia giraba en torno a los colores neutros. Cuenta la leyenda que decorar con colores neutros es más fácil, pero hay algunos aspectos que debes tener en cuenta, como añadir contraste a través de texturas y variaciones de color y, además, es conveniente hacer que cada mueble y cada pieza sea interesante por sí misma, de lo contrario en lugar de una decoración relajante tendrás una decoración aburrida.
El dormitorio que transformé tenía pocos muebles pero ninguno de ellos era interesante (ni mucho menos). Mi especialidad es transformar habitaciones reutilizando dentro de lo posible los muebles ya existentes. Es un reto pero también es muy divertido. Seguro que has visto más de una vez (y quizá lo tengas en casa) el clásico armario de pino con barniz color miel. Este tipo de muebles, con este acabado, eran muy populares en los 80 y 90 pero hoy en día se ven un poco anticuados.
Este ha sido el resultado:
El color miel dominaba la habitación, compitiendo con el suelo en tonos grises en una combinación nada armónica.
Había dos armarios en dos zonas distintas del dormitorio.
En este caso además el armario grande no tenía ni puertas ni barra para poder colgar ropa, con lo cual era un auténtico "mamotreto" que ocupaba mucho espacio pero apenas servía para almacenar nada y daba sensación de desorden. Era muy poco práctico y, además, feíllo, así que decidí transformarlo para crear un rincón-vestidor que fuese práctico, útil y decorativo.
Paso a paso para transformar el armario:
El primer paso fue pintar el armario. Para eso utilicé pintura a la tiza en color gris invernal. En teoría con la pintura a la tiza no es necesario el lijado previo, pero con muebles así que tienen un barniz industrial tan duro, yo prefiero afianzar un buen resultado con un pequeño lijado utilizando un taco de lija de 80. Así conseguimos abrir el poro del barniz y asegurarnos la mejor adherencia de la pintura.
Importante: después de lijar es imprescindible limpiar el polvillo generado con un trapo húmedo. Si no retiras bien todo el polvo antes de pintar, cuando pases el pincel se crearán burbujas.
Una vez lijado y bien limpio, ya puedes ponerte manos a la obra y pintar el mueble. La pintura a la tiza es bastante espesa (precisamente por su base de tiza) y después de un rato pintando la brocha se puede llenar de pintura semiseca. Para evitar esto puedes diluir la pintura con un poco de agua, o tener un cacharrito con agua a mano para de vez en cuando mojar la brocha.
Con dos capas (tres como máximo) debería quedar bien cubierta la madera.
Dejé los tiradores en su color original para dar un poco de contarste a la zona inferior del armario.
Una vez seca la pintura, toca poner el papel pintado. Al colocar papel pintado en el fondo del armario damos profundidad e interés al mueble y además es una "excusa" para la falta de puertas. Ya que no hay puertas, que merezca la pena ver lo que hay dentro 😉.
Para ello primero mide la zona donde vayas a colocar el papel y a continuación corta el papel pintado con esas medidas utilizando una regla y un cutter. Si la zona que tienes que empapelar es más ancha que el rollo de papel, córtalo de tal forma que el dibujo coincida y tenga continuidad. Con el papel ya cortado y preparado, aplica cola para papel pintado utilizando una brocha en todo el área donde vayas a poner el papel, prestando especial atención a las esquinas y bordes.
Ahora toca la parte más delicada, colocar el papel en su sitio. No tengas miedo, el truco es empezar por una esquinita (mejor si tienes la ayuda de otra persona que mantenga el papel estirado) e ir pegándolo poco a poco asegurándote de ir extrayendo las posibles burbujas de aire que puedan ir quedando. Una vez colocado, repásalo con tus manos utilizando un trapo para eliminar el aire que haya podido quedar y pegando bien, bien el papel. Deja que seque 24 horas antes de seguir trabajando en el armario.
Como el armario no tenía barra, coloqué una en color negro (que añade un poco de contraste sobre el gris claro) para poder aprovechar al máximo el espacio. En las baldas coloqué algunos cestos en los que puedes guardar calcetines o ropa interior además de quedar muy decorativos.
El cambio en el dormitorio fue total.
Un espejo de cuerpo entero es fundamental en un vestidor.
El papel pintado le da personalidad al armario y al mismo tiempo, al ser en tonos similares a la pintura, el resultado es sutilColoqué los dos armarios que había en el dormitorio uno junto a otro en esquina y añadí un espejo de pie. Con estos cambios creé un vestidor abierto del que da ganas de disfrutar. ¡Nada que ver con el aspecto anterior! ¿No te parece? Fue un placer trabajar con los materiales de Leroy Merlin y poder transformar completamente este dormitorio utilizando tonos neutros para así conseguir un resultado fresco y relajante.
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Materiales utilizados:
