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Sigo con rincones de la Casona centenaria que estoy restaurando, esta vez le toca al hueco de escalera que lleva a la buhardilla. Los viejos muretes eran inestables y tapaban la entrada de luz de la ventana del rellano, por eso lo primero fue tirarlos, tras asegurar la escuadra de los pasamanos de madera. Corté listones de viguetas, a la medida del hueco de la escalera, me preocupaba que era muy abierto y accesible y queria proteger el espacio para evitar sustos. Coloqué las viguetas con tirafondos tras lijarlos, tratarlos con anticarcoma y barnizarlos color nogal satinado, intercalando el mismo ancho tanto en el plano vertical como en el horizontal para que fuera uniforme. Uno de los muretes queda en una habitación por lo que hice un pequeño tabique de pladur y madera vista al hueco. Ahora entra mucha claridad y el espacio resulta mas liviano y actual, Listo para usar sin peligro!