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Cuando realicé el cambio de decoración de mi salón, me había quedado una pared limpia, en la que no encontraba nada que me llenase del todo para poder decorarla. Localicé unos cuadros que me encantaron en la sección de decoración, pero al ser la pared tan grande me parecía que iban a quedar un poco sosos. Así que buscando inspiración por internet, se me ocurrió "enmarcarlos" con unas molduras. Os enseño el paso a paso: PASO 1 Lo primero que hicimos fue tomar medidas de la pared y hacer un diseño de las molduras teniendo en cuenta el ancho, el alto (tanto del rodapié como de la viga), el enchufe que hay, el termostato y los cuadros que ya teníamos. Queríamos que todo quedase simétrico y no nos coincidiese ninguna moldura con los elementos particulares de esa pared. PASO 2 Con un nivel láser plasmamos el dibujo que previamente habíamos hecho en papel, en la pared.
PASO 3 Medimos las jambas en función del diseño inicial y procedemos a cortalas con la ingletadora. Como la ingletadora es manual, tuvimos que lijar ligeramente las rebarbas que nos quedaban tras el corte.
PASO 4 Pegar las jambas en la pared con adhesivo, según el diseño que dibujamos previamente. PASO 5 Rellenar algunas esquinas con masilla para madera.
PASO 6 Como la pared no estaba aplomada perfectamente, tuvimos que sellar en varias zonas las molduras y rellenar los huecos que quedaban vistos, y estéticamente feos.
PASO 7 Aplicamos imprimación sobre las molduras. PASO 8 Pintamos tanto las molduras como la pared para igual todo el color.
Y este es el resultado final, espero que os haya gustado.