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Pensaba que nunca iba a llegar este día, pero (redoble de tambores)... ¡¡ya tenemos terminada la reforma del salón!! ¡BIEEENNN!
Hemos tardado un poco mas de lo esperado, ¿pero qué reforma se cumple en plazo?? Y más cuando en nuestro caso, contamos con trabajos artesanales hechos a mano como la puerta corredera de forja negra o una viga para el techo... ¿una viga?, ¿por qué diréis? a mi siempre me han encantado las casas con vigas vistas en el techo, pero no, no es por eso... ¡ahora os cuento bien!
Creo que como muchos de vosotros, decolovers, apasionados por el interiorismo, siempre se nos cae la baba al ver una silla colgante en el interior de una casa, suspiramos a cada imagen de pinterest cuando encontramos un balancín lleno de cojines y ahora que por fin tengo un salón grande me he dado mi gran capricho y ¡hemos colocado nuestro balancín en casa!
Pero una vez comprado, te preguntas ¿y ahora esto como se cuelga?, ¿se caerá?, ¿aguantará mi peso?, ¿lo ponemos aquí o mejor a este otro lado?
Pues bien, en nuestro caso, tenemos un falso techo al que podemos acceder y subir, así que hemos atravesado todo el ancho del techo y hemos asegurado con unas pletinas, pero luego os cuento mejor. Lo que más me interesa es contaros como hemos solucionado las dudas de colocación. Ya sabéis que tenemos una chimenea y nos parece el sitio perfecto para ponerla y disfrutar de su balanceo las tardes de invierno, pero también nos gustaba mucho la opción de ponerla justo en frente, cerca del sofá y así ganar un sitio mas para las visitas.....
Mi cabecita pensante se puso a trabajar y le dije a Mr Samore: cari, tengo la solución, un carril en el techo que nos permita mover la silla de un lado a otro!! a él le encantó la idea y como el gran equipo bricomaniaco que hacemos ¡buscó la solución! ¡Además la solución perfecta porque habría que añadir una falsa viga al salón! ¡Toma ya! 🙂
Pues bien, ahora os cuento en detalle, primero tenéis que comprar una viga, en cualquier almacén de construcción las podréis conseguir, nuestro modelo es IPN-100, podéis ponerlas mas pequeñas o mas grandes (hay multitud de tablas y cuadros con las medidas por el ciberespacio), pero en nuestro caso esta viga tenía el tamaño ideal. Lo importante en este caso es que no pese mucho, para restar kilos al techo, la nuestra pesa unos 30 kilos. El corte te lo pueden hacer en el mismo almacén a medida, pero nosotros lo llevamos al mismo herrero que nos hizo la puerta corredera ya que necesitábamos unos agujeros alternos para mayor seguridad y lacar en color forja.
Hicimos un total de 4 agujeros en toda su longitud, 2 en el lateral derecho y 2 en el lateral izquierdo, para así compensar el peso.
También necesitaremos un carril de viga para poder colgar nuestra silla y que se pueda mover.
¡Con estas dos piezas y la viga ya teníamos otra idea loca conseguida!
En esta ocasión contamos con ayuda externa para su colocación, con Dani subido por los falsos techos para apretar las tuercas, era inevitable recurrir a terceras personas. Hicimos 4 agujeros en el techo, que previamente habíamos marcado colocando la viga en el sitio deseado.
Con unas barillas de rosca, traspasamos el techo para poder atornillar al otro lado.
Con la viga atornillada, ya podemos poner el carril y atar la silla colgante.
La silla colgante de mis sueños es de ratán en color natural, la compré hace tiempo, pero he visto esta parecida.
Me parece que queda fenomenal el color natural de la madera o del ratán en este caso con el suelo nuevo, que muchas me seguís preguntando de donde es y os vuelvo a recordar que es de Leroy Merlin, el modelo Artens Intenso Plus Almería.
¿Que opináis? ¿Os ha gustado la idea de poder mover el balancín de un lado a otro con este sistema? ¿Lo haríais también vosotras u os parece demasiada locura?
¡¡Ahora sólo nos toca rezar para que los niños no lo usen a modo tirolina!! Porque lo de evitar su modo columpio es inevitable. ¡Un besazo muy grande para todas!