Comunidad
Cuando decidimos que tirar la pared que separaba la cocina del salón y la del recibidor podría ser una buena idea desconociamos el cambio radical que nos esperaba. ¡Qué sorpesa! Al tirar esa única pared ganamos en espacio, luz y harmonía. Con ese único cambio hemos transformado el conjunto formado por el recibidor, la cocina y el salón en un espacio muchísimo más diafano y acogedor. Ahora, nada más entrar en casa se nota como se respira tranquilidad. La luz natural y sentir los rayos del sol que penetran desde el sur nos dan vida y paz. Tomamos la decisión correcta :hemos logramos que menos sea mucho más.