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Para entradas con poca luz y dimensiones pequeñas siempre queremos intentar que parezcan más amplias. El uso de revestimientos de pared es una forma sencilla de conseguir que la estancia parezca más grande porque nos ayudan a delimitar espacios en una misma pared.
En la entrada de casa hemos decidido emplear un revestimiento de madera natural teñida de color negro. Son piezas de madera que van colocadas creando diversos niveles en la superficie. Así toda la pared tiene muchísima textura y permite crear mucha profundidad gracias a la luz que le llega.
Para colocar el resvestimiento hemos cortado unos listones de madera que hemos usado como soporte para no clavar directamente el revestimiento sobre la pared. Eso nos permite hacer menos agujeros en la pared. Además, así es más sencillo que todas las piezas del revestimiento estén bien alienadas.
Tomamos medidas, cortamos las maderas y con la pistola de clavos vamos a ir fijando el revestimiento en la pared.
Una vez que hemos completado el revestimiento hemos cambiado el mueble. La idea era colocar un mueble más bajito que nos permitiera poner encima un espejo para dar más sensación de amplitud en la entrada de casa.
El mueble que hemos elegido es de color madera con rayas en negro, lo que hace que case a la perfección con el revestimiento de madera y el suelo.
Con el revestimiento de madera, el mueble y el espejo conseguimos transformar el espacio para que parezca más grande y amplio.
Sin olvidarnos de incorporar algunos objetos de decoración que aporten calidez al espacio como puede ser la alfombra de yute o los jarrones con texturas.