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Trasplante de un papiro a una fuente
Quiero enseñarte cómo trasplanté un papiro de una maceta a una fuente tipo estanque. Además podrás ver cómo de una maceta grande hice la división y aproveché para tener dos plantas por separado.
En un principio estaba la fuente solo con peces, pero me apetecía tener algo más de vida y dar un poco más de color a la zona del estanque. Además, daría cobijo a los alevines, por lo que podría incrementar también el número de crías que llegarían a adultas.
Finalmente, tras mirar muchas plantas acuáticas escogí el papiro. La principal característica que buscaba era resistencia, y se trata de una planta muy robusta. Después, que no fuera excesivamente invasiva, porque tampoco era plan de estar podando continuamente, aunque sabía que era de crecimiento rápido. En la foto puedes ver el tamaño aproximado de la maceta.
Aunque no fueron muchos, te voy a enumerar los materiales y las herramientas que usé:
- Cuchillo de sierra
- Tijeras de podar
- Canto rodado de marmolina
- Una planta de papiro grande
- Dos macetas cuadradas de 30 x 30
Te voy a contar paso a paso cómo hice la división y el trasplante.
1- Con las tijeras de poda fui quitando todas las ramas en mal estado y restos secos. Era muy bueno sanear** la maceta,** ya que las partes que estaban en mal estado, lo único que iban a hacer era quitar nutrientes a las partes en crecimiento. Todo lo que estuviera seco, al entrar en contacto con el agua, se iba a pudrir e iba a ensuciar el agua del estanque.
2- Con las mismas tijeras de podar corté la maceta completa a lo largo para abrirla en dos mitades, separándola por completo del cepellón. Después, con el cuchillo de dientes de sierra, fui recortando el exceso de raíces. Con esto buscaba darle vigor para un crecimiento nuevo.
Una vez recortado hice la división de todo el cepellón por la mitad. Yo sabía que el papiro iba a aguantar este corte sin ningún problema, ya que su resistencia era muy buena tratándose de una planta vigorosa. Y tras esto ¡listo! Ya teníamos dos macetas por separado.
3- Dentro de las macetas eché un poco de grava, más o menos unos tres centímetros. De esta manera dejé espacio para que las raíces comenzaran a abrirse paso hacia el agua. Usé cantos rodados de marmolina para cubrir porque es una piedra que decora y, a su vez, no se disgrega con el agua. Mi intención era no poner nada que pudiera echar a perder el agua.
Seguidamente, puse una de las mitades de la planta dentro de la maceta y continué rellenando con las piedras blancas hasta cubrir por completo la parte de tierra que iba con el sistema de raíces. El beneficio que dan las piedras es que sujetan el papiro a la base si viene mucho aire y permiten el paso del agua, así como de nutrientes.
4- Ya solo me quedaba sumergir las plantas completamente bajo el agua. Las situé cada una a cada lado de la fuente buscando simetría. Al ser las dos iguales causan un gran impacto visual una a la par de la otra. Lo hice muy despacio para que el agua no sacara la tierra de la maceta y fuera a mancharme el agua.
Bueno, pues ya puedes ver lo bonito que quedó. El efecto del agua junto al toque de naturaleza acompañándola es muy relajante.
Quiero antes de despedirme recomendarte alguna que otra lectura, por ejemplo, cómo crear una fuente con cascada para jardín o terraza, creada por @ADRYANUS; o una fuente mágica, que nos propone @Alex_LMRivas, que es realmente una maravilla. También @Anonymous con su fuente luminosa con garrafas nos da una lección de ecología reciclando cosas con inteligencia y mucha belleza.
Espero ver pronto cosas que hagas en tu casa jardín o terraza que quieras compartir con nosotros en nuestra sección de Proyectos. Quiero que sepas que cualquier duda que tengas, estaremos encantados de resolvértela en nuestros Foros. Muchas gracias por tu lectura, espero que haya sido amena y te sirva de ayuda.
