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Sigo con los cambios en casa para no aburrirme. Esta vez le ha tocado el turno al dormitorio, que al igual que en el salón necesitaba una renovación.
El primer paso pintar los muebles. Tenia muy claro que los quería pintar de blanco, pero me resultaban muy sosos así que decidí darle un toque en gris granito a las encimeras de las mesitas, así destacan más y al ser la zona de más uso un color oscuro siempre viene mejor para la limpieza. El cambio ya era increíble pero la pared no me convencía ya que tenia un gotele tan grueso que me resultaba imposible pintar, cada vez que he pintado esa pared me ha costado una eternidad. Así que armada de paciencia he conseguido alisar la pared con cubregotele. Debo reconocer que me ha resultado más sencillo de lo que creía.
Y una vez alisada y dispuesta para pintar sentí una atracción irremediable hacia este papel pintado y no me pude resistir así que, otra nueva experiencia, empapelar. Esta es mucho más fácil que el alisado.
Y el resultado final espectacular. Tenemos la sensación de haber cambiado de habitación por completo y pese a lo oscuro que es el papel da la sensación de ser más grande que antes.
¿que os parece?