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Hoy os queremos hablar de la transformación de este baño que forma parte de un proyecto de renovación del resto del las estancias, lo hemos llevado a cabo solo con el uso de pintura y muebles.
Es una reforma –sin obra- que nos ha permitido darle una segunda vida a este espacio y que nos parece una gran idea cuando contamos con presupuesto limitado como puede ser el caso de segundas residencias, viviendas para alquiler o incuso cuando adquirimos una nueva vivienda donde nos hemos dejado nuestros ahorros y necesitamos una solución transitoria hasta que podamos recuperarnos para hacer la reforma definitiva.
Os queremos contar el paso a paso de este sencillo pero radical cambio.
Así era como nos encontrábamos este espacio. Como veis es el típico baño de casa de abuela y se entrababa en el estado original en el que entregaron la vivienda hace unos 40 años salvo por una modificación para incluir un bidé que aún lo hace más pequeño.
Está bien conservado pero muy desactualizado por lo que se decidió mantener los sanitarios pero darle un aire más de nuestros días además de ganar almacenaje del que casi no disponía.
Buscábamos también ampliar visualmente el espacio y para esto fue clave la utilización del color y la luz.
Así, antes de ponernos a pintar, lo primero que hicimos fue limpiar los azulejos a fondo con un desengrasante y secarlos para que la pintura agarrase bien. Realmente cuando vamos a utilizar una imprimación previa no sería necesario pero siempre es mejor curarnos en salud. Además desmontamos todo aquello que nos molestase a la hora de pintar.
Una vez realizado este paso 0, encintamos aquellas cosas que queríamos proteger y dimos una capa de imprimación. Esta suele ser muy necesaria cuando tenemos azulejos oscuros y queremos un acabado en colores claros y, aunque no era nuestro caso, y a pesar de que la pintura es propia para azulejos, quisimos buscar la perfección. Para aplicar la imprimación empezamos con una brocha por las juntas y una vez seco, con un rodillo de grano fino, cubrimos el resto de los azulejos.
Aquí nos detenemos porque tan importante como el producto usado es la manera de aplicación; siempre en el mismo sentido, cargando el rodillo lo necesario y usando grano fino para que no quede muy texturado.
Una vez terminando este proceso y dejando 24h de secado, retiramos las cintas con cuidado para no llevarnos la imprimación y volvimos a repetir el proceso de encintado para luego aplicar, ahora sí, la pintura.
Como veis elegimos jugar con el color blanco encima del azulejo amarmolado para dar luminosidad y un color verde azulado para resaltar la pared principal y darle vida y alegría al espacio. De neuvo dejamos secar y aplicamos una segunda capa de producto y repasos.
A nivel mobiliario elegimos el mueble amazonia ya que iba perfecto con el aire que queríamos que respirase el resto de la vivienda cubriendo además la parte funcional de almacenaje y apoyando el suelo lo que nos facilitaba el montaje ya que la pared no estaba reforzada y podía no sujetar el peso de un mueble colgado. Al tener la parte de abajo abierta da sensación de ligereza, y eso era necesario en nuestro caso debido a las dimensiones reducidas del aseo.
Esto junto con el espejo circular retroiluminado consiguió el efecto que buscábamos de un baño nuevo pero con un toque vintage-elegante.
Las baldas de madera vienen a completar el look aportando un punto de calidez al conjunto.
¡Ya solo nos queda elegir unos textiles alegres y coloridos para que este baño parezca otro!
Esperamos que os haya gustado esta intervención y que os animéis con vuestros proyectos.