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¡Hola! Si vives en una casa con garaje de hormigón, es posible que hayas notado que con el tiempo se ve apagando y perdiendo gracia... así que nos hemos puesto manos a la obra para que luzca mucho más alegre y con una mayor sensación de limpio y de cuidado. Todo ello con tres productos, en poco tiempo y por menos de 100 euros ¡Os lo cuento!
En esta foto veis un pequeño spoiler del antes y el después. Me parece muy gráfica para ilustrar el pedazo de cambio que se ve ya desde la primera pasada. Para poner el suelo a punto, lo primero que hicimos fue darle un buen lavado a presión. Puedes usar una manguera o una Kartcher.
Una vez limpio el suelo, rellenamos un cubo de agua y vaciamos medio bote de "Elimina Cemento ". Con un cepillo lo aplicamos con fuerza para eliminar las típicas impurezas que se quedan incrustadas en el cemento. Una vez finalizamos esta parte, aplicamos de nuevo un buen manguerazo y ya tenímos el suelo listo para empezar el tratamiento. Esperamos a que se secase bien y comenzamos el siguiente paso.
La superficie de nuestro garaje es de unos 20 metros cuadrados, así que inicialmente adquirimos dos botes pequeños de 'renovador de pavimentos" (que puede ser con base al agua o disolvente) y de colorante color cemento. Al final compramos dos para darle dos manos, así que mi recomendación es que compréis el bote grande desde el principio. De este modo no tenéis que parar a medias y no corréis el riesgo de que cambie la tintada entre la primera y la segunda mano.
La forma de mezclarlo es muy sencillita y viene bien explicado en las instrucciones. En un cubo pones todo el colorante y un poco menos de disolvente, a fin de que puedas mezclar todo bien y te quede una pasta sin grumos. Una vez que la mezcla es homogénea, solo tienes que añadir agua - en la proporción que se indica en las instrucciones - y el resto del disolvente. A partir de ahí, solo hay que armarse de paciencia y aplicar cuidadosament el producto para que los poros queden bien cubiertos. Nosotros tardamos un par de horas por cada mano, así que me pareció poco esfuerzo para lo a gusto que te quedas :)
Como pequeños truquillos, a la hora de pintar el suelo usamos una tablilla fina para no tener que empapelar las paredes. Así pudimos ir superrápido. Y si por algún motivo se te escapa el pincel y ensucias la pared, os recomendamos que tengáis a mano un corrector blanco - si la pared es blanca, claro ;) - Lo tenéis también en Leroy Merlin por dos euros y me parece un inventazo para disimular ese tipo de deslices.
¡Y listo! En el vídeo del principio tenéis un resumen del proceso y resultado. Espero que os haya gustado y que os animéis a hacerlo. ¡Hasta pronto!