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Esta señorita la encontré en un mercado brocante, y la verdad que fue amor a primera vista. Nadie se fijaba en ella mientras que yo no dejaba de mirarla, jejeje.
Es un mueble que a pesar de ser "castellano" era ligero y si le cambiaba el aspecto seguro quedaría genial en cualquier lugar de la casa. Pues bien, no pude resistirme y se vino conmigo.
Estaba en perfecto estado, ni siquiera tenia carcoma y solo era ponerse a lijar un poco, pintar y jugar.
1. Paso al que me enfrentre es lijarla bien.
2. Pintar con una pintura al agua, el color elegido fue un gris suave.
3. Fue empapelar el frente del cajón y su interior.
4. Eligí un tirador nuevo acorde con la nueva imagen.
Sencillo pero un cambio radical.