Os comparto lo bonita que nos quedó la puerta del salón sin necesidad de comprar una nueva (no hay foto del antes porque se han perdido)
Es un trabajo algo duro pero creo que merece la pena si no tienes presupuesto para cambiar la puerta entera :)
Primero, una vez desmontada, cubrimos todos los cristales muy bien para evitar cualquier mancha.
Empezamos usando decapante para poder retirar todo el barniz anterior y limpiamos. Luego lijamos suavemente toda la puerta, hasta dejarla uniforme, ya que tenía pequeños golpes.
Una vez lijada y libre de polvo le pasamos una capa de imprimación y dejamos secar todo un día.
Al día siguiente le dimos tres capas de pintura, dejando secar varias horas entre ellas y quedó increíble.
Aprovechando el esfuerzo decidimos cambiar el pomo para darle un toque algo más moderno y ¡listo!
Una puerta totalmente nueva siendo la misma que hace 30 años ;)